EL
CONOCIMIENTO FERROVIARIO ARDIÓ EN TEMPERLEY
Por la Secretaria
de Prensa del MONAREFA
16 de febrero
de 2019
A fines de
diciembre del 2005* se produce un incendio en el Centro Nacional de Capacitación
Ferroviaria. ¿Intencional? Nunca fue respondida nuestra pregunta…
El tiempo
pasó y la Alejandría Ferroviaria perdió una historia
de siglo medio entre sus papeles, libros amarillentos y sus historias
escritas por técnicos y hombres conocedores del ferrocarril en
nuestro país.
Esta investigación
dividida en dos partes, de Juan Carlos Cena, fue publicada en una agencia
de noticias y reproducido por portales y entrevistas que se sucedieron…
Rescatamos la historia… es un deber… es parte de la memoria…
es una identidad…
* 4 de dicienbre
del 2005
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HAN
INCENDIADO LA ALEJANDRIA FERROVIARIA
Parte
I
Por
Juan Carlos Cena MONAREFA
El Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria (CENACAF) era
nuestra Biblioteca de Alejandría Ferroviaria. Ese lugar era
el centro de capacitación ferroviaria más grande e importante
de América Latina. Ahí estaba depositado todo el conocimiento
acumulado por más de 150 años de desarrollo tecnológico,
en documentos, instrumentos y, fundamentalmente, en la capacidad de
sus instructores. Era una gigantesca biblioteca técnica donde
abrevaron y se graduaron 10 generaciones de ferroviarios latinoamericanos.
Toda
una paradoja nacional: No tenemos ferrocarriles, los privados no invierten
en capacitación. Reservorio de técnicos e idóneos,
que nunca fueron convocados por este gobierno para una simple consulta.
Estos hombres instruyeron a cientos y cientos de ferroviarios y funcionarios
de otros países del mundo.
El CENACAF,
estaba asentado en el reino de la Mediocridad, era insoportable su
existencia, su presencia molestaba. Los Atilas de la inquisición
estaban a la vuelta, en la sórdida espera. Desde el Gobierno
sólo se percibe un silencio sepulcral. Ni un lamento hipócrita.
¨La prensa seria, coherente¨, ni
una línea.
Antecedentes
En noviembre
de 1985 los gobiernos de Argentina y Japón, representados entonces
por la empresa Ferrocarriles Argentinos y la Agencia de Cooperación
Internacional del Japón (JICA), firmaron un Convenio de Cooperación
Técnica de cinco años de duración, posibilitando
el funcionamiento del Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria
(CENACAF).
En diciembre de 1987, este Centro se inauguró en Temperley,
provincia de Buenos Aires y, hasta noviembre del año siguiente,
la Misión Japonesa de expertos que llevó a cabo la transferencia
de tecnología necesaria para la eficaz realización del
proyecto permaneció en Argentina.
A partir de 1989 comenzaron las gestiones con JICA para realizar un
Curso Regional sobre Electrificación Ferroviaria bajo el régimen
de los Programas de Entrenamiento para Terceros Países (Third
Country Training Programme - TCTP). Estos programas fueron implementados
en organismos que han recibido apoyo tecnológico a través
de Convenios de Cooperación y que están en condiciones
de difundir esos conocimientos hacia países vecinos que tienen
intereses y características socioculturales semejantes.
Con esa
finalidad, se firmó en 1993 un Convenio entre la Empresa Ferrocarriles
Metropolitano S.A. y la Agencia de Cooperación Internacional
del Japón que permitió la realización de cinco
Cursos sobre Modernización y Electrificación Ferroviaria.
Las
instalaciones comprenden:
10 aulas
para el dictado de cursos. Gabinetes técnicos con equipo instrumental
y material didáctico en:
Tracción eléctrica - Tracción diesel eléctrica
Subestaciones - Catenaria – Señalamiento - Telecomunicaciones
Vía férrea – Transporte - Informática
Un gabinete de video, con equipamiento completo de filmación
y edición de videos.
La dotación del personal era de 27 personas.
En julio de 1987, con el dictado de un curso de Señalamiento
se inició la actividad del CENACAF.
Ya se
han dictado en el CENACAF cursos con participantes de Argentina, Brasil,
Chile, Costa Rica, Perú, México y Venezuela y Cuba financiados
por Japón.
Hasta aquí, la primera parte de esta presentación del
CENACAF. Este era el organismo que funcionaba hasta el incendio. Capacitó
ferroviarios de toda América Latina y participó a su
vez de eventos internacionales sobre capacitación técnica.
Que contradicción.
Argentina, país con los ferrocarriles concesionados, otros
anulados o suprimidos, donde los administradores privados han eliminado
casi totalmente la capacitación técnica primaria del
personal, ¡qué contradicción!
Donde los privados demuestran que no les interesa para nada el desarrollo
tecnológico, y que con el pretexto de que hay que racionalizar
los gastos, así obtener la ganancia máxima, se suprimen
las capacitaciones, que fueron normales y permanentes cuando al ferrocarril
lo administraba el Estado.
De
contrapelo contra este proceso el CENACAF, estaba ahí, erecto,
firme, capacitando generosamente a los técnicos de otros ferrocarriles
vecinos, que cuando vienen sus técnicos, llenos de admiración
por la excelencia de nuestros técnicos capacitadores, se sorprenden,
sin entender el descuartizamiento de Ferrocarriles Argentinos, ¡qué
contradicción!
Me voy
a permitir una licencia poética, entre tanto número
y cálculo de catenaria y curvaturas de rieles, de señales
a peligro y de vías libres, digo: El ferroviario construyó
conocimiento, discernimiento que a veces fue apropiado por los que
no forman parte del ferrocarril, sino por los traficantes. Pero lo
que estos no percibieron fue que construir conocimiento es edificar
historia, que es otra manera de ver desde otro lugar la realidad ferroviaria
y el país que éste abrazaba.
El CENACAF,
estaba ahí, como una flor en el fango. Pero no estaba solo.
Entre el personal ferroviario siempre hubo vocación –entre
otras cosas- de investigar la empresa en la que trabajaba, de escribir
sobre ella, de cantarle, de homenajearla... cosa de locos, pero es
así.
Así,
de esa manera, el ferroviario fue acumulando conocimiento, y lo fue
estampando en negro sobre blanco, de esta manera, esa tradición
se hizo uso y costumbre, hábito que acumuló y acumuló.
Ese acopio construyó conocimiento colectivo. Todos sabemos
que ese cúmulo de conocimiento, siempre es apropiado por el
capital, en este caso el industrial, que por supuesto, no forman parte
del pueblo trabajador. Hay múltiples ejemplos.
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INCENDIADO LA ALEJANDRIA FERROVIARIA
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