POEMARIO FERROVIARIO
NÓMINA DE LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS
NACIONALIZACIÓN DE LOS FERROCARRILES
VÍAS
EN MAL ESTADO
Idea
de Juan Carlos Cena
25
de enero del 2019
PARTE
I / PARTE II / PARTE
III / PARTE IV
Producción
Periodística de Elena Luz González Bazán
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EL
TREN
Yo,
para todo viaje
—siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera—,
voy ligero de equipaje.
Si es de noche, porque no
acostumbro a dormir yo,
y de día, por mirar
los arbolitos pasar,
yo nunca duermo en el tren,
y, sin embargo, voy bien.
¡Este placer de alejarse!
Londres, Madrid, Ponferrada,
tan lindos... para marcharse.
Lo molesto es la llegada.
Luego, el tren, al caminar,
siempre nos hace soñar;
y casi, casi olvidamos
el jamelgo que montamos.
¡Oh, el pollino
que sabe bien el camino!
¿Dónde estamos?
¿Dónde todos nos bajamos?
¡Frente a mí va una monjita
tan bonita!
Tiene esa expresión serena
que a la pena
da una esperanza infinita.
Y yo pienso: Tú eres buena;
porque diste tus amores
a Jesús; porque no quieres
ser madre de pecadores.
Mas tú eres
maternal,
bendita entre las mujeres,
madrecita virginal.
Algo en tu rostro es divino
bajo tus cofias de lino.
Tus mejillas
—esas rosas amarillas—
fueron rosadas, y, luego,
ardió en tus entrañas fuego;
y hoy, esposa de la Cruz,
ya eres luz, y sólo luz...
¡Todas las mujeres bellas
fueran, como tú, doncellas
en un convento a encerrarse!...
¡Y la niña que yo quiero,
ay, preferirá casarse
con un mocito barbero!
El tren camina y camina,
y la máquina resuella,
y tose con tos ferina.
¡Vamos en una centella!
Antonio
Machado
SENTIMIENTO
FERROVIARIO
Subiendo
por las cuchillas de mis pagos entrerrianos,
recorrió mil estaciones ,llevando siempre “esperanza"
y en cada pueblo seguro lo esperaban sus hermanos
pero ahora que no están evoco con añoranza.
Llegaba el Gran Capitán con un sin fin de ilusiones,
regalando a las provincias una fuente de trabajo,
recorriendo en mi país palmo a palmo los rincones
anunciando su llegada al golpe de aquel badajo.
Haciendo cambios de vía, los vagones seguían viaje
en medio del horizonte, iba trazando su historia
transitando las provincias sin contar kilometraje
trazaba en esta tierra, un boleto hacia la gloria.
Pero el tiempo se detuvo, el tren se quedo esperando
las estaciones vacías, fueron presas del olvido
el corazón se detuvo, en mis sueños evocando
la gloria de su llegada, a mi pago tan querido.
Por
darle paso al futuro olvidaron el empeño
con que forjaron la historia en aquel ferrocarril
despojaron estaciones, destruyeron tantos sueños
olvidando cuanta gente viajaba en aquel raíl.
Con el paso de los años orgullosa de esta herencia,
quiero rendir homenaje en mi sentir solidario
a todos los que lucharon sin importar procedencia
pregonando en su labor este sentir Ferroviario.
Analía
Colazo Bidegain
Buenos Aires- Argentina
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HORAS
El
villorio
Un tren detenido sobre el llano
En cada charco
duermen estrellas sordas
y el agua tiembla
cortinaje al viento
La noche cuelga en la arboleda
En
el campanario florecido
una gotera viva
desangra las estrellas
De
cuando en cuando
las horas maduras
Caen sobre la vida.
Vicente
Huidobro
LA
ESTACION
A Maximiliano
A Darío
Uno,
penetrado, yace.
El otro lo alivia, de rodillas.
Uno mira al cielo que se extingue.
El otro toma su mano y no sabe.
Llega el tropel
Uno ya no dice
El otro pide tregua
El tropel encañona
Uno ya no dice
El otro corre
Con fuego por detrás viene el tropel y tumba
Uno ya no dice
El otro se levanta, la energía se interrumpe,
Estremece, cae
Uno se apaga cuando lo acomoda el del tropel que ríe
Otro navega en torrente de lava
Uno y otro suben ya’l tren del Asombro.
¿Hasta la Victoria?
Sí, hasta la Victoria vamos.
Una campana.
Es tarde, llueve en la estación Avellaneda.
Raúl
Schnabel
PAYADA AL FERROCARRIL
Cuando
advertí que chiflaba
un pito particular
ya se dentró alborotar
mi pingo y toda la gente
porque ¡Cristo! Redepente
nos salió de un corralón
negro y grande un carretón
enllenao de agua caliente.
Este brujo carretón
a la juria y relinchando
solito se iba cuartiando
de carretas el montón
pero lo que en la ocasión
me hizo quedar cabilando
jué ver que iba refregando
los asientos en el suelo
y que de altas con el cielo
las toldas se iban tocando.
Más chiflante y más ligero
que una bala de cañón
salió ajuera del portón
haciendo punta el primero
y atao al cuarto trasero
arrastrando un galerón
y en ancas salió en montón
una tropa tan extraña
que no alcanzo a darme maña
pa hacerles la explicación.
Caballeros relatores
por no quererlos cansar
diré que fueron a dar
en menos de un Credo a Flores
y yo al ver estos primores
que en mi tierra están pasando
de alegría lagrimando
me colé en el corralón.
Adelante
iba zumbando
el carretón más estraño
que por la punta de un caño
chorro de humo iba largando
ni un alma lo iba tirando
pues ni un gauy alcancé a ver
ni llegar puedo entender
como diablos galopiaba
cuando naides lo tiraba
sólo el diablo al parecer.
Anastasio
el Pollo *
* Seudónimo
de Don Estanislao del Campo, quien compuso esta payada en oportunidad
de realizarse el segundo viaje de ensayo del Ferrocarril Oeste, el
9 de agosto de 1857, y publicado en La Tribuna del 19 de agosto de
1857.
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