Por Elena Luz González Bazán especial para el MONAREFA
Según
la cartografía del Instituto Geográfico Militar
figura como un caserío a la vera de las vías del
Ferrocarril General Belgrano, en el kilómetro 940 del
ramal principal del viejo Central Córdoba y a unos 3,2
kilómetros de la ruta 60.
Está
en medio de las Salinas Grandes, al norte de la provincia de
Córdoba que limitan con las provincias de Santiago del
Estero y Catamarca, a 220 kilómetros de la ciudad de
Córdoba.
Fue
una parada intermedia entre Lucio Victorio Mansilla y Recreo
que permitía aliviar el trayecto a través del
desierto de sal.
En
las vías auxiliares se dejaban vagones cisternas para
el aprovisionamiento de agua de las máquinas en épocas
de tracción a vapor. Pero también existieron los
trenes aguateros que fueron una constante en nuestro país,
porque ese servicio que brindaba el ferrocarril a los pueblos
sedientos, faltantes de agua, fueron la construcción
de servicio y solidaridad… el ferrocarril
dio de beber a los pueblos… JCC.
En
esta población no había agua potable… y el
pueblo quedó sediento y acusó el impacto final con
el decreto 666/89 y otras disposiciones complementarias. Los Ferrocarriles
Argentinos se desguazaron, destazaron, destruyeron…
Con
la ley de Reforma del Estado, la ley 23.696 o conocida como
ley Dromi, porque fue su lapidario constructor, el PEN –
Poder Ejecutivo Nacional administrado por Carlos Saúl
Menem ordenó que se llevara adelante un plan de coyuntura
y racionalizar los gastos de explotación.
Todo
esto devino en su cierre y la expulsión de entre 85.000
y 90.000 trabajadores ferroviarios y otros 30.000 trabajadores
que laboraban en las empresas que abastecían a la empresa
nacionalizada el 1° de marzo de 1948.
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Secretaría de Prensa del MONAREFA
Fuentes:
La Voz, trencordobés, otras fuentes y fuentes propias.
FOTOS:
GABRIEL PIÑEIRO
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